Pierda el tiempo fácilmente leyendo esta basura. Quítele dinero a su empresa. Deje sin comer a la guagua. Deje que se le queme el arró. Todo por la tonterita de estar naegando en la wé
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lunes, 28 de abril de 2008

Una pregunta y nisperada


El otro día el padre de su mujer, una frase muy fuerte esta, va y le pregunta qué diablos quiere decir Cortázar con sus Cronopios y sus Famas y lo demás. El pobre tipo no iba muy preparado para dar una respuesta. Hacía tiempo que había dejado el libro en alguna parte de la biblioteca y no tenía ninguna frase brillante a mano que le sacara de apuro. Intentó una improvisación retórica que sonó escasamente convincente. Olía a podrido como sucede siempre con los chistes repetidos. Y que cresta era una fama y que cresta una esperanza, interpretaciones mas, o menos, van y vienen. Entonces, para no parecer más imbécil el sujeto se hace el enfermo. Un ataque de algo. Se le bajó la presión, dice la madre de la novia y el tipo ponía los ojos fuera de sí. No se crea que su actuación era inútil o una perdida de tiempo. Mientras tanto, armaba en su cabeza sesudas afirmaciones acerca de la lírica y la palabra y mil güevadas más. Con la concentración puesta en su ataque y en la preparación de su declamación “sobre los recursos de la nueva narrativa sobre la base de una obra de Cortázar” se le olvida que hay que respirar y ahí la simulación queda perfectamente alimentada por la realidad conduciendo primero al soponcio y luego al desmayo.

Nuestro personaje se ha salvado, nadie lo había previsto. Despierta en una cama y le dan agüitas que él digiere lentamente, quejándose un poco como corresponde a todo buen enfermo.

lunes, 7 de abril de 2008

Viva leer

En Chile la gente lee muy poco. Andan ahí comprando o cambiando de canal, pero de lectura nada. Ni siquiera la letra chica. Seamos justos: leen envases, ofertas, cuentas, titulares. La excusa es el precio de los libros. Pero las bibliotecas están vacías de gente y llenas de libros.

Es por eso que propongo una medida audaz que el ministerio, si posee un mínimo de seriedad, debería considerar en el presupuesto: transformar los baños públicos en bibliotecas. El baño es un sitio donde surge, espontáneo, un raro gusto por la literatura. Últimas investigaciones revelan que las emanaciones de metano y amoniaco tienen importante influencia en la concentración. El funcionario de la puerta, además de papel higiénico entregará libros de hojas lavables. Incluso pueden imprimirse historietas en los rollos de papel. Yo imagino una mesa larga, con adornos exquisitamente barrocos, ventanales enormes, con tazas de water en vez de sillas. Atrás, los estanques, pueden mostrar los rostros de famosos intelectuales. La escena es conmovedora. ¡Cuantas personalidades brillantes podrían formarse allí!.

No niego que el zumbido de las moscas, el continuo tirar de las cadenas y toda clase de ruidos estomacales molestos pueden conspirar contra lo que propongo, pero una buena sinfonía, del periodo romántico, los puede atenuar bastante. A los aguafiestas les digo que la medida es posible. Solo falta el visionario y los siempre escasos recursos.