La bandera de Chile es curiosa; blanco, azul y rojo, pintados en tres sectores divididos en sección áurea, dirán los geómetras más patriotas. Y la estrella que es una y solitaria. Pero me parece, o le parece a mis ojos, que el origen de nuestro pabellón es algo apócrifo. Para demostrarlo basta echar un vistazo a la bandera norteamericana. La original, la que venía con trece estrellas, trece barras rojas y trece barras blancas. Esto era así por que en un principio eran trece los estados de la unión.
Aquí somos unitarios (lo dice la constitución) y por eso la unidad de cada uno de los guarismos en nuestra bandera. Nuestra bandera, entonces, es una copia común y silvestre. No debiera extrañarnos la casi igualdad entre las banderas de Chile y Texas. Es comprensible el asombro de los gringos.
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