A los perros muertos los matan los autos
Con ruedas los matan
A mazazos en la cabeza los matan
Los autos violentos de intenciones ocultas
Adentro del vidrio polarizado.
Quedan tirados por alguna calle
Con moscas
Desangrando tripas como enfermos de la mente
Sacando, ya muertos,
la lengua a la gente de razones y prudencias
Tirando los ojos de las órbitas humanas
Están los que se dan por tocados en el hombro
o en la fibra
Y se preocupan del animalito
(Pero el espectáculo y el olor no se aguantan)
Lo ven, o no
Los perros ya no ladran ni aúllan siquiera.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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