Los sudacas son unos seres mediocres que no han llegado a ninguna parte por un problema de pureza racial. Los sudacas son impuros, todo lo impuro es imperfecto y al serlo cometen más errores y poseen un estilo de vida mediocre.
Los sudacas son personajes detestables: huelen mal, tienen el pelo y la cara grasosas, tienen el aliento a cebolla, viven del tráfico de drogas, todos los sudacas usan bigote, sus países son corruptos y sus gobernantes también. Cada tanto estos gobernantes son eliminados por un golpe de estado y el gobierno cambia de un momento a otro.
Los sudacas a veces se mueren de fiebres tropicales o por infecciones debido a que no se bañan mucho y a que sus ciudades son tan sucias como ellos.
A los sudacas hay que prestarles un poco de dinero, no mucho y darles órdenes simples y claras. A los sudacas hay que explicarles siempre como deben gastar el poco dinero que consiguen, pero es como una pérdida de tiempo esa tarea: no hacen caso nunca de nuestras indicaciones. Lo único que puede hacerse es cobrarles el dinero que les prestamos y subirles los intereses un poquito cada año. Es la única manera en que los sudacas tratan de cumplir aunque a veces ni con eso resulta.
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