Tengo un cáncer marxista. Ese cáncer me corroe, pero se mantiene estable y me permite vivir. En jornadas de protesta organizadas por diversas centrales y gremios (y que se suceden bajo la ventana de mi oficina en plaza Italia), pues en esas jornadas mi cáncer marxista hace crisis. Mi cuerpo comienza a sufrir dolores de huesos, de músculos, de todos los lugares de mi cuerpo surge un dolor. El dolor se transforma en fiebre y en palidez. Debo recurrir a mis jefes y solicitar permiso para ausentarme del trabajo. Ellos, como saben de la existencia de mi cáncer me proporcionan rápidamente un permiso. No les he dicho que es un cáncer marxista, solo he dicho que es “un cáncer”. Pero una vez en la calle me siento mucho mejor, el sonido de los discursos, los gritos, el avance de las columnas por la alameda, todo eso mejora completamente mi salud. Me restablezco. Vuelvo a sentirme fuerte de nuevo como un hombre nuevo.
lunes, 17 de mayo de 2010
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1 comentario:
cancer...se alivia con lo que te enferma?
has descubierto la cura...mira
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